Valor Agregado de la Pizza: Un elemento de poder vegetariano
La pizza, es una pasión gastronómica de multitudes de humanos. Por eso existen sitios web como este: Yo Amo la Pizza. No puede ser de otra forma, la naturaleza de la pizza la hace un alimento único.
Un valor agregado de la pizza En Argentina, el ritual gastronómico por excelencia es el asado, osea, carnes y entrañas de vaca asadas con leña y carbón en la parrilla. Mucha gente que conozco no comparte la dieta vegetariana / vegana ya que en mi país es una especie de “orgullo” el hecho de consumir carnes asadas. Orgullo en la dieta carnívora, un signo no muy positivo, que se manifiesta en la intolerancia generalizada (irrespetuosa e intolerante) hacia un vegetariano o vegetariana. Ejemplo: En una cena, un comensal declara que no come carnes. Esto es entendido por mucha gente como algo “inconcebible”. Luego voy a desarrollar el fenómeno de la intolerancia al vegetariano en Argentina, en otro artículo, en el futuro próximo.
La pizza tiene un valor agregado por su alto nivel de aceptación social en argentina. Cuando el fenómeno del asado va a presentarse, como una propuesta de reunión social gastronómica: “Hagamos un asado el sábado todos juntos”, el vegetariano-vegano no puede evitar dar la sugerencia de hacer “una pizzeada”.
Esta idea queda flotando, según el nivel de “apego” al ritual del asado, la pizza tiene diferentes probabilidades de tener éxito. Entonces se puede argumentar diferentes cosas, que consisten básicamente en las características nutritivas de la pizza. Además, la génesis de una pizza es diferente a la de un asado. En el asado sólo “cocina” quien tenga el rol de El Asador del momento. Es una especie de rol bastante estricto en algunos casos. En la pizza, la creación culinaria tiende a ser comunitaria por naturaleza.
ALGUNAS RECETAS DE PIZZAS VEGANAS
* 300 g de harina integral
* 20 g de levadura de panadero prensada (o un sobre de levadura en polvo)
* 1 vaso de agua tibia
* 1/2 cucharadita de sal
* 2 cucharadas de aceite de oliva
pizza vegetariana
Para la guarnición:
* Tomate frito casero
* Verduras variadas crudas, de las que se tengan a mano: cebolla, pimiento verde, pimiento rojo, brócoli, champiñones…
* Sal y pimienta negra
* Aceite
* Aceitunas negras
* Orégano
Haz un volcán con la harina y pon en el centro la levadura disuelta con el agua tibia, la sal y el aceite. Amasa primero con los dedos y luego con las manos. Hay que trabajarla hasta que queden ligados todos los ingredientes y la masa ligera.
Ponla en un recipiente untado con aceite y cúbrelo con un paño húmedo y cerca de alguna fuente de calor indirecto (por ejemplo el horno precalentado y apagado).
Cuando doble su volumen, aproximadamente en una hora, la extiendes sobre una superficie enharinada con un rodillo. Puedes darle forma redonda o cuadrada, y dejarle el grosor que más te guste, si la quieres crujiente (fina) o esponjosa (gruesa).
Píntala muy ligeramente con aceite y pincha con un tenedor toda la superficie. Ahora cúbrela con el tomate frito, repartido por toda la superficie, y encima el resto de los ingredientes. Al final se puede espolvorear con orégano y un chorrito de aceite, sal y pimienta.
Finalmente decórala con unas aceitunas negras.
Precalienta el horno a 180 – 220 ºC. Introdúcela de 15 a 20 minutos, o hasta que veas que empieza a dorarse y la masa está en su punto.
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